miércoles

El principio de la vida.Mariano Giacobone

Durante siglos la ciencia ha estado buscando el principio de la vida en las raíces de la materia. Evidentemente esta búsqueda ha sido infructuosa.
Tratar de encontrar vida en la materia es como echar las redes en el océano buscando oxígeno
El hecho es que no hay vida en la materia, ni tampoco muerte, ya que la materia es energía y la energía es vibración, o sea movimiento.
El movimiento comienza y termina, para empezar de nuevo, pero la vida es inmortal. No tiene principio y no tiene un final. No puede morir. Solo puede transformarse. El ser humano ha creído durante mucho tiempo que su cuerpo es su verdadero Ser, y por eso nos identificamos fácilmente con nuestro cuerpo físico y con la realidad ilusoria creada por este.
El cuerpo físico es movimiento, es energía vibrando a una determinada frecuencia. No puede ser el Ser. La materia no es el Ser, porque el Ser es Espíritu. Este Espíritu es Dios que habita en el hombre. Es la esencia espiritual de la vida. Nuestro verdadero Ser es inmortal. Conciencia infinita. La vida es la actividad del Espíritu . El Espíritu vive en sus creaciones
El cuerpo físico expresa al Espíritu mediante la manifestación de las secuencias de la vida, o sea: nacimiento-muerte-resurrección, como todas las cosas que son creadas en este universo: aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer. Esta es la dinámica eterna de
la Naturaleza y el ser humano no está fuera de ella.
No hay tal cosa como la muerte. El cuerpo físico debe ser abandonado para volver a renacer, este ciclo pulsante es inevitable. Es la naturaleza cíclica del universo.

La vida surge del sol. Las estrellas son generadoras de vida. Somos hijos de la Luz, salimos de ella y a ella volvemos.
Pero el retorno a la Luz no es la muerte; desaparecemos con el propósito de renacer a la vida manifestada nuevamente en un cuerpo renovado. Todo es igual en la naturaleza. Lo que llamamos muerte, es simplemente la desaparición que precede a una nueva vida . No decimos que alguien está muerto cuando duerme y durante el sueño renueva parcialmente su cuerpo y su energía. Sabemos que va a despertar con nuevas partes de
su cuerpo, nuevos átomos y moléculas, nuevas células, nuevos tejidos, que reemplazarán a aquellos que han servido a su propósito y son reciclados.
Cuando todo el cuerpo físico se desgasta y necesita reemplazo, también se sumerge en un sueño profundo. El cuerpo físico no es más se que un patrón, un modelado de ondas de luz en movimiento.
Las olas desaparecen en la calma del océano, pero reaparecen.
El océano es una parte de la idea de la Creación. Las olas expresan la idea del poder del océano, pero el poder y la idea se encuentran en la calma del océano, ya sea expresada por las olas o no.
La turbulencia de las aguas del océano surge desde su calma, al igual que el movimiento de los brazos de una palanca surge de su fulcro o centro de apoyo inmóvil.
Todo movimiento es una extensión de ida y vuelta a la quietud
No pensamos que el océano está muerto cuando está en calma, sin olas ni movimiento aparente, porque sabemos que volverá a manifestar su poder por medio de las olas que son simplemente ondas de movimiento, que expresan la intensidad del deseo de movimiento.A mayor intensidad, mayor el oleaje.

Las ondas de luz que dan forma transitoria al cuerpo físico de una persona, no son más que su cuerpo., un recipiente o un vehículo.
Ellas no son el Ser, ni la idea del Ser. Al igual que una semilla contiene la idea completa del árbol, pero la semilla no es el árbol, ni el árbol está en la semilla. El cuerpo físico es una extensión de otras ondas de luz en el sol, la idea del Ser, como una semilla, se encuentra en la luz quieta que centra al sol.
El sol es la semilla de este sistema solar de la cual todas las manifestaciones se extienden, y al cual regresan. El Ser nunca puede morir porque él es la luz omnipresente y que existe en todas partes.
Del mismo modo el cuerpo físico no puede morir ya que el cuerpo del hombre manifiesta al hombre inmortal, y el hombre inmortal siempre tiene un cuerpo en el cual manifestarse. Simplemente se transforma, sus componentes son reciclados en el medio, pero esencialmente no hay diferencia en el átomo de carbono o de nitrógeno que antes formaban parte de un roble o una foca y ahora forman nuestro cuerpo transitoriamente.
Con las plantas intercambiamos átomos de O2 y CO2 permanentemente.
Este cuerpo hecho con materiales del cielo y de la tierra desaparece en los cielos y en la tierra, pero lo que desaparece a los sentidos físicos del hombre, no ha dejado de ser, por que su patrón, que es información y energía, ha sido registrado por la repetición.
Todavía es y volverá a aparecer en un cuerpo renovado.
La información y la energía no se pierden ni se destruyen, se transforman, las experiencias y conocimientos de una vida quedan registrados. Cuando dependemos de lo que informan nuestros sentidos físicos, la comprensión de este ciclo natural, es limitada y distorsionada, agravada además por la mala educación, los falsos valores culturales y las creencias religiosas.

Si aceptas a tu Ser universal, si comprendes que estás habitado por el Espíritu, que tu mente es una extensión de la única Mente, no tendrás problemas en aceptar tu naturaleza cíclica de aparición, desaparición y reaparición.
Las olas aparecen y desaparecen pero jamás dejan de ser el océano
Pensemos en la naturaleza cíclica y cambiante del agua: líquida, vapor, sólida, visible e invisible, y nuestro cuerpo es en su mayor parte agua, y el resto de los componentes sólidos, se encuentran por toda la naturaleza, incluso el hierro de la sangre es importado.
Cuando explotan, las supernovas arrojan material al espacio a 15.000-40.000 kilómetros por segundo. Estas explosiones producen gran parte del material del universo, incluyendo elementos como el hierro, que conforma nuestro planeta e incluso a nosotros mismos. Los elementos pesados sólo se producen en las supernovas, por lo que todos nosotros llevamos en nuestros cuerpos remanentes de estas explosiones.
Somos seres espirituales, hijos del Sol y de la Tierra. Esa es nuestra verdadera identidad. El movimiento aparece con el único propósito de manifestar la idea. Toda idea surge de un estado de reposo en su punto de origen o su semilla. Y de la misma forma que se despliega a partir de su semilla, se repliega en ella, es decir vuelve a ella, para recomenzar una y otra vez.
De ello se deduce que el movimiento es una aparente extensión-retracción bidireccional desde y hacia un punto, y no tiene existencia real salvo para los sentidos físicos que captan solo la extensión, y no la retracción simultánea que lo cancela.

Todos los soles de todos los cielos se centran en puntos inmóviles de Luz omnipresente de la cual toda idea se extiende y vuelve. Los soles son semillas de idea. A partir de esas semillas se manifiesta la vida y emergen todas las formas. A esas semillas todas las formas regresan.
La Tierra se ha extendido desde el sol con el propósito de manifestar la vida. La Tierra misma es un superorganismo, un ser vivo nacido del sol. La vida orgánica es parte de la Idea de Dios de la Creación, es su imaginación.
Toda creación es precedida de una idea
La vida orgánica no se puede expresar y manifestar mediante la forma en el sol, aunque la idea está ahí.
Todo lo que aparece en la tierra como forma, proviene de una idea previa, que está en el sol, presente como información y energía, al igual que una semilla. La semilla es la luz padre que extiende su idea de la creación en el espacio lejano, y la Tierra es la madre, que aporta los materiales y nutrientes y da nacimiento a la vida. Los planetas son la
energía madre ya que se han enfriado lo suficiente como para manifestar la vida en forma física.
La luz inmóvil, que es unidad y que centra todos los soles, debe dividirse para moverse y proyectar la información y la energía necesarias para manifestar la forma. La luz incandescente, desacelera y se va enfriando, haciendo posible la aparición de la vida en todas sus manifestaciones.
Todo la Creación es una manifestación del Espíritu. Todo lo creado es una proyección del espíritu que lo creó. Lo único que existe es el Espíritu, la Mente. 

El universo es Mente. La Mente es luz.
Toda la información se encuentra presente en el centro inmóvil del sol y debe extenderse a la tierra para su manifestación. Las montañas, los valles y los océanos están en el sol, y también todas las demás cosas y seres, el sonido del llanto de un bebé recién nacido, el canto de un pájaro o los ruidos de la calle de una ciudad.
Todos ellos son luz, y tales expresiones de la Luz son posibles sólo a través de la división y la extensión de la Luz en dos polos opuestos que manifiestan el Uno.
La idea de todas las cosas es omnipresente y se encuentra en la Luz inmóvil que llena cada punto del universo y centra al sol
La expresión de toda idea se manifiesta mediante pares de opuestos complementarios: la luz blanca y la negra. Dos luces divididas, la luz blanca de soles incandescentes y la luz negra y fría del espacio circundante, ambas son necesarias para manifestar los deseos
del Creador.
La expresión de este deseo se manifiesta por las secuencias eléctricas de intercambio, acción-reacción entre los dos opuestos, la luz blanca y la negra de los soles y el espacio.
Es este intercambio que polariza la semilla que contiene la idea y permite que esa idea se desarrolle.
Polarizar significa dividir la quietud del equilibrio en extensiones opuestas y pulsantes, en desequilibrio.
Es como una palanca que se extiende desde un punto de apoyo fijo y su movimiento ocurre cuando se desequilibra para poder expresar la idea que está en el punto de apoyo inmóvil.
Nacemos de la luz incandescente del sol a la negra y fría oscuridad del espacio y luego, dada la naturaleza cíclica de la Creación, volveremos a la luz, completando el ciclo y reiniciando uno nuevo.
Este es el método de la naturaleza para formar cuerpos físicos de la idea sin forma.

Mediante luces opuestas y la interferencia entre ambas. Intensidad, frecuencia, resonancia y patrones de interferencia. Materia y espacio, Presión y volumen en equilibrio. Patrones de interferencias
La Creación es un juego de luces
La forma es la manera que tiene el universo de registrar información, mediante la experiencia. Nuestro cuerpo físico guarda un registro eléctrico, es depositario de memoria, al disolverse cuando muere, la información y la energía contenidas en él no desaparecen, vuelven a la fuente original y brotaran nuevamente, al igual que una semilla, cuando se den las condiciones.
Cuanto más ordenada y coherente esté la información y la energía en tu cuerpo, luego de morir, en la próxima aparición, esa memoria te acompañara.
Es la clave de la evolución y el sentido de la vida, aprender y cultivar al Ser superior, que es la esencia de nuestra existencia, es lo verdadero, lo eterno, lo inmóvil.
Todo lo que es movimiento es una ilusión. Correr detrás de lo que se mueve es correr detrás de una sombra, es una perdida de tiempo, y de vida . La vida y la muerte de los cuerpos
Para entender el significado de la vida y de la muerte, tenemos que saber más acerca de los procesos de la naturaleza, sobre todo los referentes a nuestro cuerpo y al espíritu en él que motiva al cuerpo y que registra para siempre nuestra individualidad en constante
cambio.
Debemos conocer la esencia de nuestra individualidad y la razón de su constante cambio. A fin de comprender "lo que sucede después de la muerte," debemos ser más conscientes de los procesos de la naturaleza, que nos da nuestro cuerpo para luego llevárselo, reciclarlo y darnos uno nuevo, para cumplir la ley universal de la repetición.
El cuerpo físico, que es percibido eléctricamente por nuestros sentidos, no es el Ser inmortal que nuestro cuerpo manifiesta. El cuerpo no es la persona a la que atribuye su vida y ser. Ese cuerpo se compone de unos cuantos elementos químicos tomados de la tierra y del sol, modelado de acuerdo a patrones específicos como un instrumento para
su uso.
El nivel físico o material es el nivel de la experiencia, porque el universo registra y guarda la información mediante la forma. Este es el sentido de nuestra vida física y por el cual nos fue dado un cuerpo: aprendizaje y memoria.
El verdadero valor de la individualidad es colectar experiencias desde un punto de referencia único
El secreto de la repetición es la memoria. El universo guarda registro de cada pensamiento y cada acción. Nuestros cuerpos son modelados en los campos de energía e información que forman el espacio que nos rodea, de acuerdo a los patrones registrados.
La repetición genera tendencia, porque acumula densidad de carga, lo que aumenta la gravedad y la cristalización de la materia.
Cuanto más desees o pienses en algo, más probabilidades de materializarlo tendrás.
La vida es la manifestación del deseo de aprender y evolucionar y la única manera que tiene de asegurarse esa continuidad es en ciclos eternos de aparición y desaparición, despliegue y repliegue. Forma y vacío. Materia y espacio. Luz y oscuridad.
La forma aparece y desaparece porque es movimiento. Solo el Espíritu permanece
Mariano Giacobone
2015